jueves, 6 de febrero de 2014

Ley de Residencia a criollos con olor a “Huelga”

Se percibía el placer que experimentaba en difundir la doctrina socialista, y repartía personalmente la hoja de sus ideas e intransigencias 

 ARGENTINA.- “La ley de residencia no solamente había sido aplicada a los extranjeros, sino a cualquier criollo que pueda oler a huelga. Así le ha sucedido al director del diario La Luz, señor Edelmiro Avellaneda, quien al llegar el viernes 30 de junio (1905) de la semana pasada a la población de Ledesma, Jujuy, fue notificado en forma sumarísima y sin ningún otro trámite por el comisario de policía de la localidad. Por orden del señor (Sixto) Ovejero, propietario del ingenio azucarero, debía salir del territorio de Ledesma. Se le ordenó marchara en el primer tren del día siguiente, so pena de hacerlo sacar en un carro, si así no lo hacía”. 



 Edelmiro Avellaneda, era dramaturgo y periodista. Nació en el año 1878 en Santiago del Estero, hijo de don José Miguel Avellaneda y doña Nicéfora Figuerero. La familia Avellaneda se había trasladado a Salta en el año 1888, cuando Edelmiro contaba 10 años de edad. Finalizado sus estudios, el joven Edelmiro se dedicó al periodismo, en el cual fue creciendo, de la misma manera en que se tornaba en un trasgresor más dentro de la comunidad, que no abundaban tantos por esos años públicamente. El martes 28 de marzo de 1911 el diario El Cívico, le dedicó estas líneas: “Edelmiro Avellaneda, santiagueño, vino a Salta a los 10 maños. Director de La Patria, radical; redactor de El Cívico, calavera y hasta bohemio, pendenciero, más nunca canalla. Tiene 33 años y que desde esa altura, ya se empieza a descender al camino de la vejez. Prepara libros Sombras del pasado, Martirio y lucha, Recuerdos del terruño, La gran mentira, Criminales de la selva, Llora, llora Urutaú, éste último sólo habla sobre política”. 

 No obstante, tuvo una destacada actuación como periodista y su contribución cultural fue innegable, ya que aportó los nombres de dos publicaciones a la historia de la prensa de Salta. Primero editó el semanario La Luz, de orientación Socialista, desde cuyas columnas intentó vanamente torcer la sólida manera de pensar y actuar, de una sociedad que “no lo comprendía”. El número 1 apareció el 05 de abril de 1903. Dejó de salir en 1904 y reapareció el 02 de mayo de 1905. Aparte de desempeñarse como redactor de El Cívico, órgano del partido Radical, era director de la publicación La Patria. 


 La Casa Rosada, residencia de la familia Ovejero. 

 La revista El Verbo Libre, cuyo primer número apareció el lunes 12 de mayo de 1919, extendió su existencia hasta el año 1925. Probablemente dedicada a temas generales, no debe haber perdido la orientación socialista de su fundador, una suposición de quien esto escribe, quien, en lo personal, jamás tuvo un número entre sus manos un ejemplar de El Verbo Libre para abrir un juicio concreto de valores. En sus columnas incluía, entre otras cosas, comentarios sobre boxeo, anticipándose en esto a los diarios que se editaban por entonces, los cuales solo se remitían a simples anuncios de los festivales boxísticos, y resultados con algunas acotaciones especiales, cuando estos (los resultados de las peleas), se publicaban. También le daba espacio al fútbol. Nueva Época, al anunciar la aparición del primer número de El Verbo Libre, expresaba sobre Edelmiro Avellaneda: “En la prensa, en la tribuna pública, como poeta y dramaturgo es muy conocido”. 

 Simultáneamente se dedicó a escribir obras de teatro, las que sólo encontraban eco bajo las carpas de los circos que nos visitaban periódicamente por entonces, trayéndonos las últimas novedades de otros centros del país. De esa manera fue entregándonos varios títulos, los cuales, lamentablemente, no se encuentran disponibles hoy, salvo que los mismos se conserven en posesión de algunos familiares, si estos viven en nuestra provincia. En abril de 1912 se instaló en Salta el circo Fassio, en calle Balcarce, frente a Plaza Belgrano. El jueves 18 se escenificó la obra de su creación “Entrada de Varela a Salta”, en dos actos y ocho cuadros, daba a conocer al público por el diario La Provincia. El viernes 06 de marzo de 1913 en el escenario del circo Odeón, á pedido del público, se interpretó por segunda vez “El crimen del puente Blanco” (NdA: el crimen de Juana Figueroa). En el Coliseo Belgrano, ubicado en plaza Belgrano, el viernes 04 de abril de 1913 se estrenó “Los apaches de París”. La Compañía Yacoppi y Racedo incluye en su cartelera “El crimen del puente Blanco” en el curso del mismo año. En octubre de 1915 debía cumplir un serio compromiso con el propietario del circo Raffetto, y en tan sólo 24 horas escribió “La tragedia de las Pircas”, basada en los sucesos de San Ramón y las Pircas. Por esta época su producción era intensa y en el Teatro de Salta estrenó “La batalla de Castañares”. 


 Ingenio Ledesma 

 No obstante su manera de pensar, considerada “socialista” y transgresora en nuestro medio, mantenía buenas relaciones con los periodistas radicales, los cuales les publicaban siempre sus novedades. Recorriendo las páginas de los diarios de antaño, especialmente en la década de 1910 y parte de 1920, podemos encontrar testimonios sobre este santiagueño a quien nadie recuerda en la actualidad, o sea el equivalente a: ni antes ni después de su existencia. Hubo en Salta otros periodistas, tal el caso de don Quintín Conde, propietario del diario socialista La Palanca que aparecía alrededor de 1915, pero éste, a diferencia del Avellaneda de esta época, pertenecía al partido Socialista, tiempo en el que el francés Jean Jaurés era figura emblemática mundial dentro de esta corriente política y su pensamiento rebotaba en Salta con cierto suceso, especialmente en el seno de la clase obrera. El dramaturgo salteño Avellaneda era conocido con el mote de “El Mágico”. El martes 20 de julio de 1920 anunciaba para el jueves 22, un par de días después, la obra de su autoría: El fin de un malevo, bajo la carpa del circo Cassali, ubicado en la calle San Martín actual (entonces Corrientes). Decía la crónica: “Hace tiempo lo vimos cabizbajo y meditabundo pero nos dábamos cuenta de su absorción, y el muy vivo, nos sale ahora con otra obra en dos actos, de corte nacional, con toda la sangre fría del mundo”. 

 Don José Palermo Riviello en su libro Reminiscencias Salteñas, de 1938, escribe sobre Avellaneda, recordándolo ya a la distancia: “Le llamábamos los contemporáneos “el mágico”, porque era un autor de tragedias políticas, en lucha antagónica al sistema nepótico. Escribía, componía e imprimía él sólo, su periódico “El Rupa Chico” (La Ortiga). Se percibía el placer que experimentaba en difundir la doctrina socialista, y repartía personalmente la hoja de sus ideas e intransigencias. Era un carácter y un doctrinario. Le llamábamos “el mágico Avellaneda” por la constancia, y por la celeridad con que a un tiempo escribía, imprimía y repartía “El Rupa Chico” de sus ideas, con el que instruyó y educó en el civismo a la masa del pueblo”. 

 Don Edelmiro Avellaneda falleció en el hospital del Milagro, el martes 06 de noviembre de 1928, a los 50 años de edad. El doctor Julio Aranda, abogado de 37 años, viudo, testificó su deceso en el Registro Civil. Fueron sus hermanos Julio, Camilo, Elena y Delia. La familia residía en La Florida 390. Don Edelmiro era el hermano mayor de la docente y poetisa doña María Elena Avellaneda de González Ayala. Sus versos, de gran aceptación, fueron premiados en el orden provincial y nacional. Era profesora de francés en la Escuela Normal. Se ignora donde falleció, tras ausentarse de Salta. 

 Del libro “Salta Añeja”, año 2010, editorial Mundo Gráfico, Salta. El autor editó “Mujeres Salteñas” en al año 2000, con más de 400 biografías de damas salteñas. Periodista profesional. 

 Por Roberto G, Vitry
http://www.elintransigente.com/notas/2014/2/5/ley-residencia-criollos-con-olor-huelga-229426.asp